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Por Ernesto Valdés Jane Adé Yerí

Olokún fue introducido en Cuba por los Egbados tanto el fundamento religioso como todo el ceremonial. En aquellos momentos sólo los Oloshas –Santeros- eran los que poseían y transmitían exclusivamente los secretos de esta divinidad mediante las consagraciones de Osha, hasta las años 60s – 70s del siglo pasado. Ya para esta etapa, aparecieron otras expresiones en el culto a está divinidad.

Según está probado en la historia, Ma Monserrat González Oní Shangó Oba Tero de nación Egbado, conocida también por Apotó y fallecida en 1906, fue quien trajo de África el fundamento y el ceremonial de Olokún, que por primera vez se entregó en Cuba, en la Ciudad de Matanzas.

Ella también introdujo un juego de tambores rituales consagrados especialmente para las ceremonias y las festividades de Olokún. Estos tambores y los fundamentos originarios aún se conservan en el cabildo Egbado de la Oní Yemayá OshaBí Ferminita Gómez Pastrana, en Salamanca # 104 entre Manzaneda y 2 de Mayo en la Ciudad de Matanzas.

Ferminita Gómez fue una de las importantes ahijadas de Ma Monserrat y una de las figuras fundadoras y relevantes de la historia de Osha-Ifá en Cuba. Ella falleció el 27 de septiembre de 1950 a la edad de 106 años, después de haber expandido el culto a Olokún en Cuba.

Para los Egbados llegados a Cuba, Olokún es una divinidad femenina que vive en el fondo del océano; es dueña de las profundidades del mar. Sin embargo, algunos santeros y otros iniciados opinan que Olokún es hija de Yemayá, otros que es la madre de Yemayá y no falta quienes afirman que es Yemayá transfigurada. Unos que es mujer y otros que es un camino masculino de Yemayá. Lo cierto es que es una divinidad profundamente adorada y que poseen prácticamente todos los iniciados y un gran número de personas que no tiene santo (Osha) ni Ifá consagrados.

El fundamento original de Olokún consiste en una tinaja de barro con tapa pintada de azul o a color natural (ocre) de entre 25 y 50 centímetros de alto en cuyo interior cubierto por agua se encuentran cierta cantidad de piedras, pedazos de arrecifes, caracoles y conchas recogidas en la orilla del mar. Esta tinaja se ubicaba en un lugar discreto colocada directamente sobre el piso.

Posteriormente algunas familias de Osha le agregaron un conjunto de objetos fundidos en plomo, con figuras alegóricas a los símbolos de la divinidad.

Olokún es un Orisha que no baja a la cabeza de sus creyentes y que no se consagra en la cabeza de sus hijos. Olokún se recibe en ambas manos cuando uno realiza las ceremonias de consagración en esta divinidad.

Las personas cuyo Ángel de la Guarda es Olokún, deben hacer Yoko Osha Yemayá con “Oro” para Olokún y éste habla por el caracol de Yemayá.

Olokún es, junto con Odúduwa, una de las más altas representaciones de Osha-Ifá. Ambos son un gran misterio relacionados a los símbolos de la vida y la muerte. Olokún lo abarca todo y pertenece al mundo profundamente desconocido y respetado de las profundidades de los océanos. Olokún aporta al ser humano necesitado de vida, salud excepcional, desarrollo y progreso en las acciones de su existencia, estabilidad matrimonial y separa de uno lo que le hace mal aunque uno lo quiera.

Ashe to iban Eshu!

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