01 Nov
01Nov

Olokún de Osha no existe!, es la opinión de muchos!. Lo que se conoce comúnmente como Olokún de Osha es una de las hijas de Olokún, en el signo Osa Trupón encontramos el patakíe de las hijas de Olokún, el cual es necesario leer para poder entender dónde nace el Olokún de Osha:

Aquí te dejamos el patakíe para que saques tus propias conclusiones!

LAS HIJAS DE OLOKUN

PATAKIE DE OSA-OTURUPON

Olokún tenía cinco hijas con Olosa y cuatro con Olona, ellas se llamaban:

Omi losa oruko omi lona oruku

Omi losa lashe omi lona lashe

Omi losa bokun omi lona bokun

Omi losa orun omi lona orun

Omi losa foshe

Esta muchachas vivían con sus madres en la ‘ria’, las hijas de Olosa y en el lago las hijas de Olona. En el fondo del mar, con Olokún, vivía otra de sus hijas llamada Agana Erí, una muchacha alta y bella, pero de cuerpo deforme, lo que la asumía en una gran tristeza.

El padre la colmaba de atenciones para atenuar sus penas, sin embargo las hijas de Olokún con Olona y Olosa, muchachas muy bellas y de cuerpos maravillosos despertaban la admiración de cuantos las veían.

Olokún pidió a sus hijas que fueran a su reino submarino a pasar un tiempo con él. Las jóvenes fueron y llenaron de alegría y felicidad a aquel lugar. Olokún era muy dichoso con sus nueve hijas, pero Agana Erí sentía tristeza, envidia y celo de sus hermanas y planeo la forma de eliminarlas.

Las hijas de Olokún tenían en el cuello un inshé que le había hecho el awó del reino de su padre, Awó Nifa Omolozain Orún Okána Yekú, un gran ozainista y sacerdote de eggún. El inshé permitía a las jóvenes vivir en el agua y en la tierra y fue consagrado por el awó en el ozain que tenía Olokún fabricado por el mismo awó.

Agana Erí en una noche oscura salió del reino y fue hasta la orilla del mar, allí pacto con los pescadores: les entregaría a nueve doncellas de las que su padre se quería deshacer, pero sin que estas lo supieran. Solo tendrían que devolverle los amuletos que las jóvenes llevaban en sus pechos.

Regreso donde Olona y Olosa y les aseguro que Olokún pretendía quedarse con sus hijas, las persuadió para que comenzara a llamarlas y hacerlas regresar.

Agana Erí, previamente había coordinado con los pescadores que en la primera luna nueva les mandaría a las doncellas fuera del palacio para que las capturaran, de igual forma pidió a Olosa y a Olona que en la primera noche de luna nueva llamaran a sus hijas.

Los pescadores llenos de codicia por el ofrecimiento de Agana Erí fueron a casa de awó del pueblo quien al registrarlos le vio Osa Otrupón y les dijo que harían algo que después les pesaría y dejaría secuelas para generaciones posteriores porque así estaba escrito y decidido por Olódumare. Les hizo ebbó con los anzuelos, 10 palomas, un gallo, sogas, hilos, agujas, dos gallinas que se dieron a Oshún en una cueva de arañas donde echaron también los hilos y las sogas. Las arañas al moverse con el olor de la sangre, se enredaron en los hilos y formaron una red, el gallo se los dieron a ozain y los anzuelos y las palomas las guardaron y tiraron la red al mar.

Llego el día de luna nueva y Olosa y Olona comenzaron a llamar a sus hijas:

LAYE LAYE OMO OLOKUN

LAYE LAYE OMO OLOSA …

LAYE LAYE OMO OLOKUN

LAYE LAYE OMO OLOSA.

Y ellos respondían:

IYA ORIOYE OMO LOSA UMBO NITOLODE

IYA ORIOYE OMO LONA UMBO NITOLODE

Esa noche Agana Erí invito a sus hermanas a contemplar la bella luna nueva, ellas escucharon el llamado de sus madres y se dirigieron hacia el asiento de ellas y cayeron en la red tirada por los pescadores quienes capturaron a las doncellas y entregaron los amuletos a Agana Erí las jóvenes fueron llevadas al mercado para venderlas, pero al fallarles el amuleto, murieron. Los pescadores desanimados, tiraron las muchachas en la red y con los anzuelos y las palomas las tiraron al mar.

Olokún al notar la ausencia de sus hijas mando a buscar al awó de su confianza, este tiro y vio Osa Otrupón y dijo a Olokún que había una conjura y una traición dentro de su propio reino, que había que hacer ebbó con: dos etú, otí, otí pupua, amala e ila y darle de comer a bromu y a broncia.

Así se hizo y Bromu y Broncia formaron una gran marejada al unirse los dos:

BROMU LERI MAMU EYE ETU MAMU OTI

BRONCIA LERI AFEFE MAMU EYE ETU MAMU OTI PUPUA.

La marejada trajo de las profundidades del mar la red con los cuerpos de las doncellas y los anzuelos. Los servidores de Olokún cogieron la red y con su contenido la llevaron ante él.

Awó Nifa Okána Yekú que estaba a su lado, mando a sacar a las muchachas de la red y llevo ante el Ozaín del padre los cuerpos de las jóvenes, los anzuelos, los pedazos de malla y las palomas, hizo las ceremonias a las muchachas y se las amarro al cuello. Ellas regresaron a la vida, recuperaron sus facultades y contaron al padre lo sucedido, junto con la traición de su hermana Agana Erí.

Olokún, indignado mando a buscar a su hija deforme, ella al ver a sus hermanas vivas, cayo desmayado de la sorpresa. El castigo del padre fue encerarla eternamente a vivir en un castillo y llevar en sus manos una serpiente y una careta como señal de falsedad y envidia para que nadie más se viera engañado por ella.

Awó Nifa hizo la ceremonia a las hijas de Olokún con lerí de eyá, los anzuelos, la red con que había hecho los inshé, omí de olona y transformo el cuerpo de las muchachas en cuerpos de peces con rostros de bellas sirenas cubiertos con la red que sirvió para capturarlas.

Las nueve hijas de Olokún vivieron en lo adelante con su padre un tiempo y con su madre otro, cada vez que cambiaba la luna, ellas cambiaban de asiento.

Los pescadores desde entonces se orientan por la luna para la corrida de la captura de los peces, pero recordaban los cantos de Olosa y Olona como canto de mal agüero y al oírlos se alejaban y las hijas de Olokún pasaban sin problema.

Después de ver esto, ya sabemos que Aggana Erí o Aggana Dide Eri que es su nombre real en la Osha que nació del Olokún de ifá de Eulogio Rodríguez (Awó ni Orúnmila Ogunda Fún) producto de circunstancias y bajo un pedimento de una Lawalawa de la época. Y lleva ese nombre porque es la alosa que levanta. Y la única deidad de las 16 que conforman el poder. Completo ya que es un orisha-egun.

Olokún de santeros, vive en un una tinaja grande de barro o loza, de colores azulinos o negros lleno de agua. Sus atributos son el timón, sirena, muñeca de plomo con una serpiente en una mano y en la otra una careta, barquitos, anclas, conchas, hipocampos, estrellas de mar, lleva otás oscuras, conchíferas y de arrecife, 2 manos de caracoles (una dentro de la tinajita con el secreto y la otra suelta en la tinaja), sol, luna, serpiente, cadenas, una careta, todo lo relativo al océano hecho en plomo o plata. Su número vibratorio es el 7 y sus múltiplos.

Lleva agua, pues su centro es el castillo donde esta condena a vivir agana erí. Agana erí en el estado natural representa a los nitratos producto de la descomposición bacteriana de las proteínas provenientes de animales y vegetales marinos, que traslada iones de amoniaco para luego completar el llamado ciclo biológico del hidrógeno, tan importante para la vida acuática.

El nitrato es consumido a su vez por las plantas marinas o convertido en parte a hidrógeno y sube desde las profundidades marinas y es trasladado hasta las playas donde la espuma (Agana Erí) lo envuelve en las burbujas de aire y las pasa a través de las arenas hacia el acantilado. La arena hace de filtro marino, al igual que los arrecifes y es entonces cómo la naturaleza misma purifica y recicla las aguas.

¿POR QUÉ COME EN LA TIERRA Y LUEGO SE LLEVA AL MAR?

Olokún tenía a dos grandes guerreros que luchaban junto a él diariamente. Cada vez que vencían una guerra, llamaba a sus dos servidores y les invitaba a escoger sus recompensas. Si el primero de ellos, quien era vanidoso y malo pedía una cosa, al otro que era humilde y reverencial le daban dos veces lo mismo. Viendo el envidioso y orgulloso esta situación, un día después de una victoria, pidió a Olokún le sacara un ojo.

Olokún entendió que de acuerdo a esa petición, tendría que dejar ciego a quien había demostrado bondad y resignación, entonces dictaminó: “Desde hoy a ti te saco un ojo, pero vivirás en la Tierra, donde habrá guerras, miserias y llantos. Tu hermano vivirá en el fondo de los Océanos conmigo y aunque no verá en la Tierra por tu culpa, en el Océano tendrá ojos para ver aquello que tú no podrás ver. El tendrá paz y riquezas y también para que yo apruebe lo que estás haciendo en la tierra, tendrás que llevarle prueba de tus acciones al Mar y así él te dará su Ashé.” (Este es el secreto de las dos Tinajas, grande y pequeña y de las dos manos de caracol, una abierta y una cerrada que lleva el Olokún de Iwóro).

Ashé to iban Eshú!

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