27 Oct
27Oct

Se vivía un tiempo de mucha escasez y los Oríshas no contaban con los alimentos suficientes. Sin embargo, Orúnmila vivía holgadamente, pues los aleyos que consultaba le proveían de adíe, akukó, eyelé y otros muchos animales.

Shangó, Ogún y Oshosí celebraron una reunión y acordaron proponerle un pacto a Orúla. Ellos saldrían a cazar y compartirían con el viejo el resultado de su trabajo, así no les faltaría el sustento diario. Orúla aceptó gustoso.

Al otro día fueron al monte. Ogún, que había salido primero, encontró un chivo, pero como esperaba encontrar otras piezas y era mucha su hambre, se lo comió.

Siguiéndole los pasos venia Oshosí, que pudo capturar la jutía e hizo otro tanto, con la esperanza de que siendo un gran cazador conseguiría algo mas.

El último era Shango, que a duras penas, cazo un ratón y se lo guardo en el bolsillo.

Por supuesto cuando llegaron a casa de Orúnmila, el único que pudo rendir cuentas en su casería fue Shangó, Ogún y Oshosí dijeron no haber podido conseguir nada.

Entonces Orúla saco una canasta y les amenazo:

-arrójenlo todo aquí.

Y los dos vomitaron lo que habían comido.

Ashé to iban Eshú!

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