10 Oct
10Oct

Había en una tribu un Obba, el cual se llamaba OQUIBURU, y su esposa se llamaba AGUI, ellos tuvieron un hijo al cual le llamaron Eleggua. Como era príncipe, cuando creció le nombraron un séquito palaciego. Un día siendo Eleggua un muchachón, se fue a hacer una expedición acompañado de su séquito. Al llegar a un lugar Eleggua ordeno detener la marcha y él se dirigió a un lugar que estaba lejos, para comprobar una cosa que había visto. Lo que Eleggua había visto era una luz brillante, como si fueran tres ojos deslumbrantes que estaban en el suelo. Eleggua lo recogió y vio que era un Obbi (coco seco). Aquel muchacho que era tan travieso no le temía a nada ni a nadie, fuera bueno o malo.

Tan pronto podía ser amigo como enemigo. El estaba muy envalentonado por ser príncipe. Eleggua se llevo aquel coco para el palacio y le contó a sus padres lo que él había visto y como no fue creído por ellos, tiro el coco detrás de la puerta del palacio y allí lo dejo. Pero un día estando reunida la familia Real y su séquito en una fiesta que celebraban, vieron con asombro las luces que salían de aquel Obbi y todos horrorizados. Aconteció que a los tres días murió Eleggua y durante mucho tiempo después estuvo alumbrando aquel Obbi, siendo respetado y temido por todos.

Pasado algún tiempo, el pueblo pasaba por una situación tremenda y desesperada. Se reunieron los Awoses y sacaron la conclusión de lo que estaba pasando: era debido al estado de abandono en que tenían a aquel Obbi dejado por el príncipe detrás de la puerta. Entonces fueron allí y vieron que aquel Obbi estaba vacío y comido por los bichos. Entonces deliberaron y llegaron a la conclusión de que había que hacer algo solido que perdurara a través de los tiempos y pensaron que el Ota (piedra) de Santo era lo más indicado y fue aceptado el acuerdo.

Hicieron el Ota y lo pusieron detrás de la puerta del Palacio. (Esta es la piedra que utilizamos hoy cuando hay que hacer Santo). Ese fue el nacimiento de Eleggua y por eso se dice: Iku baba osha, que quiere decir que el muerto pario al santo, pues si el príncipe no hubiera muerto no se habría abandonado ese Obbi por no saber qué hacer con él. Es por eso que utilizamos el Ota para hacer Santo.

Ashe to iban Eshu!

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