27 Sep
27Sep

Cuando el mundo estaba solo habitado por los Orishas y los hombres creados por Obatala, estos viajaban del cielo a la tierra sin ningún obstáculo.

Un día una pareja subió al palacio de Olofin a pedirle el ashé de la Procreación.

Después de mucho pensar, el hacedor asintió, pero con la condición de que el niño no traspasara los limites de Laye, la tierra. El matrimonio estuvo de acuerdo.

Meses después nació el niño, el cual fue creciendo bajo la vigilancia de los padres, que toleraban sus mal crianzas.

Un día, a escondidas, camino a campo traviesa y llego al espacio de Orun, el cielo. Allí se burlo de los Orishas, hizo todo tipo de travesuras y falto el respeto a quienes los regañaban.

Olofin, que observaba lo que sucedía, tomo su bastón y lo lanzo con tanta fuerza, que Orun quedo separada de Laye por la atmósfera que se extendió entre los dos.

Desde ese día, los hombres perdieron la posibilidad de subir al palacio del Creador.

Ashe to iban eshu!


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